sábado, 27 de junio de 2009

Las temidas vacaciones.


Desde que era pequeño siempre me gustó el verano, época de descanso de libros, bueno, en mi caso, época de estudiar y recuperar el curso perdido.

Recuerdo el olor a tierra mojada de las tormentas de verano, también recuerdo que en las eras, donde ahora se encuentra el frontón, trillaban los cereales, es una imagen que tengo en mi memoria, dos vacas tirando de un trillo, andando encima del cereal. En esta época del año era cuando estábamos todos juntos, a mi hermana la mayor le daban la vacaciones en el internado y volvía a casa, esto no sé si era bueno o malo, porque mi hermana venía cargadita de malas intenciones y juegos perversos que nos costaban algún que otro berrinche.

Desde hace más de 15 años esto cambió, el verano se convirtió en terraza y descanso de correr, se acabó el juego para dar paso al trabajo, y esto en ésta época del año con este calor ya no tiene tanta gracia. Pero crecí y mi trabajo me permitía entrenar en verano y no tener que descansar, yo pensaba que esto era positivo para mí, pero después de cuatro años sin descansar en verano y romper en septiembre, me he dado cuenta que el verano es para disfrutar, descansar, cargar pilas y hacer cosas que durante el año no haces para no estropear el entrenamiento. De momento llevo cuatro días parado y no ha pasado nada, dentro de una semana empezaré a nadar y montar en bici, también estoy aprendiendo a patinar y esto me tiene muy entretenido. Espero que en agosto tenga las pilas cargadas, voy a planificar el año que es otra cuestión que tengo un poco olvidada.

Feliz verano.

viernes, 5 de junio de 2009

DESDE LOS AFECTOS.

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?,
que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
que nadie establece normas, salvo la vida,
que la vida sin ciertas normas pierde forma,
que la forma no se pierde con abrirnos,
que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
que no está prohibido amar,
que también se puede odiar,
que el odio y el amor son afectos,
que la agresión porque sí hiere mucho,
que las heridas se cierran,
que las puertas no deben cerrarse,
que la mayor puerta es el afecto,
que los afectos nos definen,
que definirse no es remar contra la corriente,
que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
que buscar un equilibrio no significa ser tibio,
que negar palabras implica abrir distancias,
que encontrarse es muy hermoso,
que el sexo forma parte de la vida,
que la vida parte del sexo,

Que el por qué de los niños tiene un porque,
que el querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
que nunca está de más agradecer,
que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
que nadie quiere estar solo,
que para no estar solo hay que dar,
que para dar debimos recibir antes,
que para que nos den también hay que saber cómo pedir,
que saber pedir no es saber regalarse,
que regalarse es, en definitiva, no quererse,

Que para que nos quieran debemos demostrar que somos,
que para que alguien "sea" hay que ayudarlo,
que ayudar es poder apoyar y alentar,
que adular no es ayudar,
que adular es tan pernicioso como dar vuelta  la cara,
que las cosas cara a cara son honestas,
que nadie es más honesto porque no roba,
que el que roba no es ladrón por placer,
que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
que se puede estar muerto en vida,
que se siente con el cuerpo y la mente,
que con los oídos se escucha,
que cuesta ser sensible y no herirse,
que herirse no es desangrarse,
que para no ser heridos levantamos muros,
que quien siembra muros no recoje nada,
que casi todos somos albañiles de muros,
que sería mejor construir puentes,
que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
que volver no implica retroceder,
que retroceder también puede ser avanzar,
que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?.

Mario Benedetti.