lunes, 11 de mayo de 2009

1/2 Maraton de Béjar.

Después de madrugar y trazar trecemil curvas llegamos a Béjar a eso de las nueve de la mañana, recogí el dorsal y al poco rato estaba calentando. 
Dieron las diez y se dió la salida, como no, siempre hay algún capullo que decide hacer un poco el ganso , en esta ocasión le tocó al (dorsal 39) que ya en la foto se vé que no esta muy cuerdo, no tiene reloj y está preparado para ponerlo en marcha (jaja), bueno pues salieron a toda pastilla, se dieron dos vueltas en un circuito urbano y en medio km me sacaban doscientos metros, sabía de la dureza y preferí esperar hasta la salida de Béjar para cogerlos, no sin antes haberlo intentado sin éxito y viendo como el 39,                                                                                                  se paraba para esperar a su amigo.

 La carrera se había roto, por delante, un portugués lanzado y enfilado a ganar la prueba (dorsal 171), y por detras Paco con las rebajas










                                                                           
                                                                                                                                                                                                                                                      Unos metros más por detrás, un grupo más numeroso intentando recuperar lo perdido.
Llevábamos dos km y para algunos se empezaba a hacer larga la cosa.
Yo decidí ir tranquilo a ver qué pasaba y dosificar, la cosa pintaba complicada, quedaban muchos km y catorce  de subida muy dura, aunque tuve un par de intentos para pillar a los primeros, al final me quede los primeros km tranquilo.


 Llegó la segunda vuelta, km cuatro, decidí marchar más en serio a por los  primeros, les fuí recortando hasta quedarme muy cerquita, donde más recorté fue en la primara parte de la subida, a lo lejos se veía una rotonda y yo pensé que habría un llano y que podría recuperar. Llegué a la rotonda y cuál fue mi sorpresa cuando seguía subiendo y cada vez con más dureza, llevaba las piernas tocadas y me quedaba, no sabía cuánto, cuando iba por el km diez no sentía las piernas, sin embargo, de pecho iba entero y colocado el 5º.
 
Antes de llegar a Candelario empezó la bajada, cuando coroné no tenía tono muscular, bajé unos metros tranquilo y al ataque, objetivo el cuarto, marqué todos los km a 3´10" . En el km dieciocho ya podía ver al cuarto , en el veinte le tenía a cincuenta metros, él miraba y apretaba y yo apretaba más, cuando quedaban cientocincuenta metros le tenía a veinte y apretó al máximo, pensé que no merecía la pena vaciarse por un trofeo y los últimos metros entré tranquilo, tanto que en la alfombra me quedé parado y perdí 15" de tiempo, porque no me marcó el chip.

Llegará el día en el que salga en una carrera y tome la decisión correcta?, cada día tengo menos experiencia, cada día corro peor, cuando tengo fuerza no la se aprovechar.

sábado, 9 de mayo de 2009

Hace dos años.

Hace dos años, si, dos años han pasado desde que empezaron aquellos dolores terribles. Todo el calvario que pasé empezó con un ligero agotamiento, pero nada fuera de lo normal, cuando salía a correr me sentía débil, sin fuerza, no le daba importancia ya que hay veces que te encuentras más cansado y en aquella época acababa de cambiar de trabajo y a eso le achaqué aquella debilidad, decía que por el estrés, me agarraba a eso, la cosa cambió cuando aquél agotamiento que no mermaba sino que aumentaba con el paso de los días se le añadió la pérdida de peso (comía como una lima), también se sumó lo más grave y lo que levanto mi sospecha de que algo malo tenía, un dolor agudo en el omóplato derecho, no me permitía casi ni andar, claro correr menos y eso si que no. 

En este momento, es cuando decidí ir al médico, la primera vez me dicen que son gases, esto me lo dijeron en Ciudad Rodrigo (urgencias), la segunda que me lo provoco yo y me recetan Diacepam, esto fue en urgencias de Zaragoza, la tercera que tenía neumonía atípica contagiada por un pájaro asiático y me pusieron un tratamiento que casi me mata (no podía comer, vomitaba, me mareaba...), en esta ocasión me hicieron todo tipo de pruebas (sida, cáncer, tuberculosis,...) y todo estaba correcto, pero yo estaba cada día más jodido, más delgado, sin apenas fuerzas, habían pasado dos meses desde que hubiera empezado a encontrarme mal y estaba muy tocado, en una de estas pruebas, después de sacarme sangre, me senté en la sala de espera y empecé a encontrarme mal me levante para que me diera el aire y lo próximo que recuerdo es estar en una camilla llorando y con un porrazo en la cara, por lo visto había perdido el conocimiento, bueno pues al cuarto día del tratamiento de neumonía Espe que ya estaba harta de que cada día que pasaba me encontrara peor, fue al médico de cabecera y le conto todo, este médico le dijo "coger ahora mismo el coche e iros a Salamanca y no os volvais hasta que no le digan lo que tiene", así lo hicimos y aquel día me dejaron ingresado, diez días, también de calvario. 

El día que ingresé me vino a ver una médico para ver cómo me encontraba y para darme la buena noticia de que a la mañana siguiente me iban a sacar líquido de los pulmones, ja ja, sí, me reía pero por no llorar, no te ponen anestesia y eso dicen que duele un huevo, la médico me dijo que podía ser que tuviera tuberculosis, pero que no lo tenían claro porque la cantidad de pruebas que me habían realizado estaban todas bien. Pasó la noche, ah eso!, que se me olvidaba, también tenía sudoración nocturna y fiebres mantenidas de 39º, bueno, pasó la noche y llegó la mañana maldita, aparecen los tres del apocalipsis, dos médicos de prácticas y un médico, bien, me lo explican y al lío, me pincha por la espalda entre las costillas intenta sacar líquido y no sale nada el médico le dice que se ha confundido de trayectoria y que la tiene que modificar, a la muy perra no se le ocurre otra cosa que mover la aguja sin sacarla, qué dolor, la saca y vuelve a meter la aguja y en ésta ya saca líquido, que alivio, me dicen que en tres días estarán los resultados. Pasaron los tres días y aparece el médico y me comenta que se han perdido los resultados y que mañana volverán a sacar líquido, al día siguiente me sacan el líquido, pasan tres días y me dan los resultados, por fin!, DERRAME PLEURAL TUBERCULOSO, tratamiento de seis pastillas al día durante seis meses y curado "me ha quedado una cicatriz en el pulmón derecho que me trae por la calle de la amargura".

Quiero agradecer a las enfermeras del hospital que me trataron como a un príncipe, que es muy chungo estar ingresado y con trabajadores así es menos duro, sobre todo quiero agradecer la compañía de Espe, que estuvo los diez días y las nueve noches sin despegarse de mi lado sufriendo conmigo y haciendo todo menos complicado, también a los que se acercaron a verme y me acompañaron.

Otro día hablaré de mis compañeros de habitación, estoy cansado de escribir.