El fundador de la Agencia Mundial Antidopaje está muy enfadado: «No se puede luchar con análisis de orina contra la mafia». Cree que los tramposos ganan terreno y pide sanciones más severas y pruebas más eficaces. Hablamos con este defensor del juego limpio sobre la cara más siniestra del deporte. Por Ana Tagarro En 1988, cuando era vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, tuvo que hacer frente al primer gran escándalo de doping en el deporte de élite, el protagonizado por Ben Johnson tras batir el récord del mundo en los 100 metros. No sólo por su cargo, sino por ser su compatriota, Pound, conmocionado, se ocupó personalmente del caso. Desde entonces se dedica a luchar contra el dopaje deportivo. Creó en 1999 la Agencia Mundial Antidopaje, que presidió hasta hace un año y logró imponer el Código Mundial Anti-doping en 2003. Pero las drogas en el deporte están lejos de desaparecer. Por eso Pound, desde su despacho de la Universidad McGill en Montreal, sigue hablando claro. Sin apenas levantar la voz, pero clarísimo.
XLSemanal. Aunque sea anecdótico, quizá debamos empezar por la reciente foto de Phelps fumando marihuana y la severa sanción que ha recibido por ello [tres meses de suspensión y retirada de un sponsor]…
Richard Pound. Lo que ha hecho Phelps es una estupidez, pero a mí me preocupa más cuando se usan drogas en una competición para conseguir una ventaja injusta. No creo que fumar eso le vaya dar a Phelps ninguna ventaja nadando. Es cierto que lo usó sólo una vez y fuera de temporada, pero aun así es una sustancia prohibida específicamente y no está autorizado a tomarla. Él debería saberlo, así que se ha expuesto solo a la sanción.
XL. Como sabe, Lance Armstrong ha vuelto a la competición. Teniendo en cuenta que usted tuvo algunos ‘problemillas’ con él, ¿qué opina de su regreso?
R.P. No sé por qué vuelve ni en qué condiciones. Después de ganar seis o siete Tours y tras estar tres años fuera de la competición, no creo que le mueva el ciclismo en sí mismo...
XL. Usted es de los que afirman que Armstrong compitió dopado. ¿Cree que puede volver a hacerlo?
R.P. No sé lo que hace ahora ni lo que hará. Lo que siempre dijimos es lo que se publicó en L’Equipe y que todo el mundo conoce: Armstrong dio positivo por EPO en seis muestras de orina tomadas en el Tour de 1999 [el primero que ganó el texano]. Le ofrecimos la posibilidad de retestarlo, volver a examinarlo, y no quiso. En lo que a mí concierne y con las evidencias científicas que tenemos, con un 99 por ciento de seguridad, Armstrong tomó EPO. Y eso sigue sin ser rebatido. Bueno, él, por supuesto, lo niega.
XL. Y, según usted, la Unión Ciclista Internacional (UCI) tampoco está por la labor de aclararlo. Es más, usted afirma que la UCI no tiene interés en acabar con el doping en el ciclismo.
R.P. Es que no lo están haciendo. Cuando era el jefe de la Agencia Mundial Antidopaje, les dijimos dos o tres cosas muy simples que se podían hacer para controlar el dopaje, técnicas para hacer que los test fuesen más efectivos y se negaron a hacerlo. Así que, basándome en eso, la única conclusión es que no están interesados en acabar con el problema.
XL. Lo cual podría entenderse por la cantidad de dinero que hay implicado en este tipo de competiciones. Pero usted asegura que que los ciclistas consuman sustancias no es ni siquiera una cuestión de dinero...
R.P. Efectivamente. No hay muchos levantadores de peso o piragüistas que sean ricos y también consumen. El dinero es un estímulo, pero no es necesariamente el más importante. Ganar, ser el mejor y ser reconocido como tal puede ser un estímulo aún mayor. A todos nos gusta ser los mejores en nuestra profesión, sólo que unos seguimos las normas y otros no lo hacen.
XL. Pero al consumir sustancias de este tipo, los deportistas arriesgan su salud, su propia vida.
R.P. Pues sí, ésa parece ser la evidencia. En ciclismo hemos visto equipos enteros descalificados, corredor tras corredor, culpables de doping, y lo siguen haciendo año tras año. Es evidente que el doping es parte de la cultura del deporte.
XL. ¿Y cómo se puede parar, cambiar eso en un deporte tan afectado como el ciclismo?
R.P. Ése es el desafío del ciclismo. A mí me encantaría ser presidente de la UCI durante unos seis meses. Hay bastantes cosas que se podrían hacer en ese tiempo.
XL. ¿Cree que usted podría solucionar el problema del dopaje en el ciclismo en seis meses?
R.P. Indudablemente.
XL. Dígame cuál sería la primera medida que tomaría.R.P. Ey, ey, ey... yo no soy el presidente de la UCI.XL. Ya, pero quizá podría darle alguna pista al actual presidente, Pat McQuaid.
R.P. Ya hemos intentado ayudarlos y no han querido. McQuaid y su predecesor, Hein Verbruggen, insisten en que no hay un problema serio de dopaje en el ciclismo. Es más, han intentado emprender acciones legales contra mí por criticarlos. Es difícil ayudar a alguien que quiere llevarte a los tribunales.
XL. Insisto, ¿usted cree que el doping en el deporte tiene solución y una solución aplicable eficazmente en un periodo corto de tiempo?
R.P. Sí.
XL.¿Y no sólo en el ciclismo?
R.P. Es que el dopaje no es algo específico del ciclismo. En realidad, existe una cultura del dopaje en el deporte. Y los métodos cada vez se sofistican más. Que crea que se puede controlar el dopaje no significa que se vaya a acabar con todas las trampas. Siempre habrá tramposos, pero de lo que se trata es de que el 99,9 por ciento de los atletas no se dope y de que el 0,1 por ciento restante pueda ser detectado.
XL. Uno de los deportes que se somete a pruebas más estrictas, recientemente endurecidas, es el tenis.
R.P. No hay ningún deporte inmune al riesgo. En el tenis ya ha habido casos. Les ha llevado tiempo aceptar que tenían un problema, pero han desarrollado programas efectivos para controlarlo.
XL. Usted ha dicho en otras ocasiones que el doping es un problema educacional...
R.P. Una parte es educación: cuando yo me saqué el carné de conducir, en el coche no había cinturones de seguridad. Cuando los colocaron, era opcional usarlos. Luego fue obligatorio y ahora hay que pagar una multa si no lo haces. Pero yo no me pongo el cinturón para evitar una multa, me lo pongo porque he entendido que no hacerlo es peligroso. Parto del principio de que los deportistas pueden ser igual de razonables que yo. Se trata, en definitiva, de cambiar la forma de pensar. Quizá lo consigamos en 15 años. Mientras tanto, hay otras dos vías clave: un programa de test eficaz y un programa de sanciones convincente. Si como presidente de la UCI te encuentras con que los canales de televisión de los países donde el ciclismo es importante no retransmiten, por ejemplo, el Tour de Francia, y que los sponsor se retiran, tendrás un problema real y deberás buscar una solución. Pero eso no pasa. En cuanto a los controles, en los últimos Juegos Olímpicos se han producido bastantes negligencias en las pruebas antidoping. Son necesarios test más eficaces.
XL. Pero «hecha la ley, hecha la trampa». Siempre habrá nuevas sustancias y métodos no detectables. De hecho, ahora se busca el aumento del rendimiento deportivo mediante la manipulación genética. Es lo siguiente, ‚no?
R.P. Es probable. Ya hay ensayos clínicos: es un peligro potencial muy serio que puede convertir los anabolizantes en prehistoria. Lee Sweeney, de la Universidad de Pensilvania, ha conseguido aumentar hasta en un 27 por ciento la masa muscular de los ratones mediante la manipulación genética. La mitad de los correos electrónicos que recibe son de atletas que le dicen: «Pruebe esa terapia conmigo». Cuando Sweeney contesta que sólo está trabajando con animales y que no sabe muy bien cómo reaccionaría el cuerpo humano a sus experimentos, le responden: «Da igual, pruebe conmigo». El mundo del dopaje es un mundo enfermo.
XL. Usted es partidario de elevar las sanciones. ¿Incluso de encarcelar a los que se dopan?
R.P. No creo que los deportistas que se dopan deban ir a la cárcel. Creo que deben ser sancionados bajo las leyes del deporte. Pero también creo que hay por qué ser condescendientes con quienes mienten y estafan. El caso de Marion Jones es un ejemplo.
XL. Pero reconocerá que es muy tentador usar sustancias que pueden aumentar tu rendimiento exponencialmente y, dado que, según parece, muchos deportistas, si no la mayoría, usan esas sustancias, quizá convendría acordar un mínimo ‘legal’, que todos compitan con la misma cantidad de EPO en sangre, por ejemplo.
R.P. No tiene sentido. Los atletas también competirían en doparse porque a todo el mundo le gusta tener ventaja sobre los demás. El ser humano tiene la tendencia a abusar de la libertad hasta caer en la autodestrucción. Las dosis serían cada vez mayores, llegaría un momento en que se envenenarían.
XL. En el deporte de élite hay mucho dinero implicado. Supongo que por eso usted cree que el negocio del doping cuenta con estructuras mafiosas...
R.P. Donde hay un gran beneficio en sustancias ilegales tienes que asumir que hay crimen organizado.Por eso la Agencia Andidopaje, por sí sola, no puede luchar contra ellos. No tiene armas suficientes. Examinar sangre y orina no es suficiente para hacer frente a la mafia. Por eso se necesita la colaboración policial (seguimientos, pinchar teléfonos) y para ello se necesita el apoyo de los gobiernos. Es un proceso lento y difícil.
XL. ¿Usted ha recibido amenazas?
R.P. He recibido muchos e-mails cargados de odio en los que me acusan de atacar el mundo del deporte. Los más duros venían del entorno del hockey porque el hockey sobre hielo es una religión en Canadá. Lance Armstrong escribió al COI exigiendo mi dimisión. Evidentemente, a algunos no les caigo bien…
XL. Cuenta usted que su lucha contra el dopaje comenzó en los Juegos Olímpicos de 1988, cuando «me vi cara a cara con un atleta acusado de hacer trampas». Su compatriota Ben Johnson acababa de ganar la carrera de los 100 metros lisos con un nuevo récord del mundo. ¿Qué ocurrió exactamente en Seúl?
R.P. Fue dos días después de la victoria de Johnson. Por la mañana había estado viendo los saltos de trampolín con mi mujer, después fuimos a comer a la suite de Juan Antonio Samaranch, el por entonces presidente del COI, con otros invitados. Samaranch se acercó a mí y me dijo: «Dick, ¿has oído ya la terrible noticia?». Le pregunté si había muerto alguien. «No, es peor, es mucho peor. Ben Johnson ha dado positivo en los análisis.»
XL. ¿Cómo reaccionó usted?
R.P. Fue un shock. Durante la comida, la gente no dejaba de felicitarme por la victoria de Ben Johnson sobre Carl Lewis. Y yo sólo podía pensar: «Si supierais la verdad…». Luego tuve una reunión en mi habitación con el jefe de la delegación canadiense, el equipo médico y Charlie Francis, el entrenador de Johnson. Cuando dije que se había encontrado estanozolol en la orina de Ben, Charlie se puso hecho una fiera. Vi que en el fondo el tema no era si Johnson se había dopado, sino en qué cantidad y desde cuándo. A continuación, mi mujer bajó a buscar a Ben a la recepción. Hablé con él en el cuarto de baño. «Ben, ¿has tomado algo?» Dijo que no, lo repitió varias veces. Parecía inocente. Ahora sé que mentir a los demás y a uno mismo, actuar sin honor, no tener remordimientos, es típico de los deportistas que se dopan.
XL. ¿Supo en ese momento que Johnson no estaba diciendo la verdad?
R.P. Sí, porque sabía que los encargados de los análisis pueden pasar algo por alto, pero si encuentran algún rastro, al final el atleta tiene las de perder. En el caso de Ben se comprobó que se había estado dopando de forma intensiva durante bastante tiempo.
XL. ¿Qué pensó cuando el jamaicano Usain Bolt batió los récords de 100 y 200 metros lisos en los Juegos Olímpicos de Pekín?
R.P. Digamos que fueron unas marcas sorprendentes.Uno deber ser muy suspicaz y prudente cuando se producen mejoras tan espectaculares. Los test que le hizo el Comité Olímpico durante los Juegos estaban bien, pero no pueden detectar el uso de determinadas sustancias meses antes. Por eso es esencial un programa riguroso de pruebas fuera de la competición.
XL. ¿Cree que Bolt está limpio?
R.P. Lo que creo es que Jamaica no está sometida a los controles de la agencia regional antidopaje en el Caribe.
XL. ¿Y la Agencia Mundial Antidopaje no puede hacer nada?
R.P. No. Pero el COI sí puede excluir de las Olimpiadas a los países que no se atengan a las normas.
XL. ¿Cree que Jacques Rogge, el actual presidente del COI, está haciendo un buen trabajo?
R.P. Perdí las elecciones ante él hace siete años, cualquier cosa que dijera podría malinterpretarse. No obstante, creo que el COI ha cometido bastantes errores.
XL. ¿Por qué no se presenta usted para presidir el Comité Olímpico?
R.P. No soy el indicado. Para ser presidente del COI hay que ser flexible. Y yo no lo soy.
PRIVADÍSIMO
En 1960 compitió en los Juegos Olímpicos de Roma representando a Canadá en natación. Acabó sexto en los 100 metros libres.
En 1978, licenciado en Derecho y con sólo 36 años, entró en el Comité Olímpico Internacional y pronto se convirtió en el brazo derecho de Samaranch.
Está casado y tiene tres hijos.
En 1960 compitió en los Juegos Olímpicos de Roma representando a Canadá en natación. Acabó sexto en los 100 metros libres.
En 1978, licenciado en Derecho y con sólo 36 años, entró en el Comité Olímpico Internacional y pronto se convirtió en el brazo derecho de Samaranch.
Está casado y tiene tres hijos.
CASO BEN JOHNSON«Negó varias veces haber tomado estanozol mirándome a los ojos. Pero los test no dejaban lugar a dudas. Fue un shock.»
CASO USAIN BOLT«Digamos que fueron unas marcas sorprendentes. Y uno debe ser suspicaz cuando las mejoras son tan espectaculares.»
CASO LANCE ARMSTRONG«Las evidencias científicas dicen que tomó EPO en 1999 y él se negó en rotundo a cualquier prueba para verificar el test. Eso es así.»
CASO MARION JONES«Si repites mil veces `Nunca he dado positivo´, te vuelves sospechoso. Desgraciadamente su caso no fue una sorpresa para casi nadie.»
CASO MICHAEL PHELPS«No se trata de doping deportivo. No creo que le vaya a servir para mejorar su rendimiento, pero es una tontería que no debió hacer.»
fuente de la entrevista: diario xlsemanal
Después de leer esta entrevista, se entiende muho mejor todo lo que está pasando en el mundo del deporte y cómo lo que muchos pensamos, no son sólo pensamientos, sino verdades como puños. Si los deportistas se dopan es porque las autoridades deportivas lo consienten, el por qué, me imagino que será por motivos económicos, es una evidencia evidente.
2 comentarios:
Muy buena entrevista. sin pelos en la lengua.Me quedo con la frase: "Ahora sé que mentir a los demás y a uno mismo, actuar sin honor, no tener remordimientos, es típico de los deportistas que se dopan." Ayuda a entender ciertas actitudes. Richard Pound y el Tío la vara harían un buen equipo!
Yo me quedo con la de, "uno debe ser suspicaz cuando las mejoras son tan espectaculares.»
Que se puede utilizar para la mejoría tan espectacular de algunos atletas.
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