sábado, 7 de febrero de 2009

Comida de un sabado con depresión.

Tras una semana de malos entrenamientos y de un bajón en mi principal fuente de energía (la motivación), hoy sábado me he levantado tarde y cuando he levantado la persiana para ver el día, me he caído de culo al ver el día tan perro que hacía, frio y todo cubierto de blanco. En otras circunstancias, esta situación hubiera sido muy diferente, me hubiera levantado y sin dudarlo, bajaría a las pistas a hacer lo que tocara, pero hoy ha sido imposible, desmotivado y preparando el descanso invernal sin olvidar el cambio en la meteorología, han hecho que me venga abajo y lo que suele ser el día de calidad se convierte en un moñigo, pero bueno, he entrenado y he hecho más de lo que en principio tenía pensado, ya que por mi cabeza rondaba el no hacer nada. A eso de las 11:30 recibí un mensaje de Miguel que me hizo reflexionar y decidí entrenar con él, que tampoco esta para tirar coetes, entre los dos no hacemos uno ahora mismo. El entrenamiento ha consistido en un poco de carrera continua con gimnasia general y fortalecer la lengua hablando de política.
Son unos días complicados, parece que nada sale bien, ni como se supone que tiene que salir y si lo normal es que algo cueste conseguirlo, en mi caso siempre es el doble, "quién me pone la pierna encima", no quiero dar lastima, pero el que conoce mi vida y todo lo que he pasado y estoy pasando, entenderá de lo que hablo.
Espero que en unas semanas todo esto sea una anécdota y que pueda dar la noticia que llevo años esperando dar, hasta entonces se que lo voy a pasar un poco mal y que me va a costar entrenar.
Para mi estabilidad emocional y dietética necesito entrenar, no me hace falta competir y esto es algo que siempre me ha resultado curioso, hay gente que necesita competir todos los fines de semana y apenas entrenan, en mi caso es todo lo contrario, necesito entrenar y la competición intento que sea poca y a poder ser, bien. Cuando entreno, estoy animado, con ganas de vivir (con toda la amplitud de la palabra) tengo energía, mi cabeza piensa en positivo y en resumidas cuentas, me da más de lo que me quita.
Cuando no entreno, me da lo mismo que comer, tengo ansiedad, estoy enfadado y decaído. Al no entrenar, muchos se creen que tienes más energía, pero es todo lo contrario, al faltarte una parte importante de tí (cuando entrenas crea dependencia), no eres capaz de levantar cabeza, tu cerebro no genera apenas actividad y resultará extraño, pero te duele lo que no te duele cuando entrenas.
A todos los que entrenaís sin esperar nada más que correr muy rápido y mucho rato y a los que entrenaís donde y cuando sea, os digo que no estamos enfermos, pues sólo nos duele el no hacerlo, nuestra enfermedad se llama: lesión, hospital, no entrenar.......

El no entrenar duele, entrena hasta que deje de doler.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que tu vida sea tal cual la cuentas, estás muy negativo, te invito a qué cuentes cosas más positivas, seguro que tu vida está llena de ellas.

Rubén dijo...

Hola anónimo, no creas que mi vida tiene muchas cosas positivas y alegres, tengo un trabajo que no me gusta, no entreno lo que me gustaría y lo peor es que no paso tiempo con mi mujer. Lo positivo es poco, muy grande e importante pero poco, el día que lo cuente habré destapado todo mi perfil.

Miguel dijo...

Buenas noches! no iba a poner nada porque todo lo que se me ocurre iba a suponer meterme en lo que no me llaman, pero sólamente voy a decir que no sé qué hacer, si darte ánimos o darte una colleja para que reacciones... supongo que necesitas de las dos recetas, un poco más de lo primero, que bastantes palos ya da la vida, pero también un cachete "con cariño" para que levantes la cabeza y el ánimo.Ya hablaremos.

Miguel dijo...

por cierto,menudas comilonas de depresión... ¿quedó algo en la nevera?